Alí Abdulá Ayub, jefe de las Fuerzas Armadas del régimen de Bashar Al Asad, anuncia que se está llevando a cabo una gran ofensiva terrestre contra los "terroristas", término bajo el que engloban tanto a Estado Islámico como a los rebeldes.
Rusia da apoyo con misiles lanzados desde el mar Caspio. La OTAN lo condena como un intento de afianzar a Al Asad.